Las calles estaban desiertas. La lluvia mojaba todo y hacia relucir la luz de las farolas en los charcos. Una chica, con un vestido blanco como la nieve, corría rápidamente descalza. Miraba hacia atrás con desespero y angustia. Se paró en seco. Se toco el cuello y palpó dos heridas sangrantes. Preocupada, volvió el rostro hacia delante y se topo con él.
El vampiro que la había perseguido. Alto. Rubio de pelo largo, de ojos azules como el cielo y una piel fría, tan fría como el hielo, tan fría como la lluvia que los mojaba y hacía que ella temblara de terror. La miró con ternura. Ella se relajó. El vampiro aprovechó su momento de debilidad para aferrar su rostro con firmeza. Ella jadeo. Suavemente acercó su rostro hacia el de ella y la besó. Primero suavemente, después de forma mas apasionada. Ella se entregó entera, sin oponer resistencia a esa fuerza, a ese hombre.
El vampiro comenzó a bajar su mano, rodeando de forma sinuosa las curvas de la muchacha, como el vestido mojado se pegaba a su cuerpo y dejaba entrever su pecho, redondo con sus pezones en punta. Ella se estaba excitando, mientras sentía como la mano del vampiro bajaba por su tripa, llegaba a los muslos y la alzaba en el aire para situarla encima de su cadera. Sus labios se separaron, una sonrisa pícara se poso en el rostro del vampiro. Poso a la muchacha en el saliente de una ventana cercana. La apoyo contra la pared. Y comenzó a besar sus manos, sus brazos, hasta que llego al cuello, donde ignoro las marcas que él mismo le había provocado. Sin previo aviso, llevo una de sus manos hacia la entrepierna de la chica, lo que hizo que esta abriera los ojos de par en par y comenzara a gemir de placer. El vampiro sabia lo que se hacia y mientras manipulaba el clitoris de la joven con una mano, con la otra, acariciaba su rostro, su pelo, sus labios… y la besaba apasionadamente. Justo cuando la muchacha llegó al climax y ya gritó de puro placer pese al beso del vampiro, este se dirigió a su cuello, palpo la herida con su lengua y volvió el beber el líquido que le daría más vida, más poder, mientras que a ella le quitaria todo lo que tenia.
Cuando el cuerpo de la joven yacia inerte en el saliente el vampiro la miró, con pena en sus ojos azules como el cielo que hacia años, siglos que no veia. Pensó, como la vida de algo tan bello como aquella muchacha podia servir de alimento a un ser como el. Pero así son las cosas. El vampiro se deshizo de su ropa y dejo que la lluvia, que aún bañaba las calles, cubriera su cuerpo, y le quitara esa sensacion de culpabilidad. Tiró su camisa blanca manchada de sangre al suelo, se despojo de su pantalón y revolvio su cabello al mismo tiempo que las gotas terminaban de mojar las partes más intimas de su cuerpo vampírico.
Volvió la cabeza hacia atrás de nuevo. Recogió sus ropas. Y caminó calle arriba, camino de su guarida, como un fugitivo cualquiera en la noche, como el asesino que era. Pero él era inmortal, se dijo, alzo la cabeza hacia el cielo y susurro con su voz melodiosa:
- Soy Alexander…
lunes, 8 de diciembre de 2008
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Me ha encantado mucho nena, esta genialoso, un poco porno xD, pero mola mucho, mucho ^^.
ResponderEliminarTe quiero mucho!!!
Namarie.
Muchas gracias! ya sabes q las cosas porno me molan xDDDDDDDDDDDD. Yo tmb te quiero!!!!!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato, peque, sigue así, y mil millones de gracias por habérmelo pasado ^^
ResponderEliminarMe gusta mucho la idea de este blog, es fantabuloso ^^ me pasaré mucho. Te quiero: Sele